Me encaja, pero no siento mariposas
A veces te puede llamar la atención una persona, su físico, su manera de ser, sus valores, pero no tienes la sensación de sentir un enamoramiento, una emoción fuerte en tu corazón (eso que comúnmente algunos llaman “mariposas en el estómago”).
Recuerda que ese sentimiento de enamoramiento es algo pasivo, que te ocurre sin buscarlo, y que no depende de tu voluntad. Depende de la Dopamina. Puede venir con fuerza, pero también se puede desvanecer enseguida. El enamoramiento se puede convertir en amor compartiendo tiempo y actividades con esa persona, para ir conociéndola mejor.
La pregunta que te haces es ¿Qué hago si no siento esa emoción con fuerza?
Lo primero que debes recordar es que la fuerza de ese sentimiento puede depender de muchas circunstancias: tu edad (en general, los adolescentes sienten con más fuerza el enamoramiento que alguien en sus veinte o en sus treinta), tu manera de ser (por ejemplo las personas con temperamento sanguíneo pueden tender a sentir con más fuerza ese sentimiento mientras que las personas flemáticas menos), lo que has vivido en casa (si en tu familia no hay costumbre de expresar sentimientos, tu tenderás a no expresarlos), tu entorno social y cultural (por ejemplo, los latinos exteriorizan más su sentimientos que los anglosajones) y finalmente tus elecciones libres (tú puedes elegir libremente ser más expresivo o dejarte llevar para que tus emociones fluyan más o menos). No estás, del todo, condicionado por todas estas circunstancias. En cierto modo influyen en ti, pero puedes modificarlas al menos en cierto grado. Todo esto significa que “no sentir mariposas” no significa que lo tuyo no es enamoramiento o amor. Las personas que sienten con fuerza el enamoramiento tienen la ventaja de poder contar con esa “señal” y saber con más facilidad que pueden intentar salir con esa persona para conocerla mejor, pero, a cambio, se equivocarán probablemente más veces. Las personas más “frías” no cuentan con esa señal para saber con más seguridad cuándo salir o no con alguien, pero a cambio se equivocarán menos. Su equivocación puede ir más en el sentido de no salir con alguien porque no se consideran enamorados cuando en realidad esa relación podría haber salido bien.
La relación que hay entre los sentimientos y los gestos resultantes es circular. Los sentimientos producen gestos, pero los gestos también producen sentimientos. Tú puedes querer besar a alguien como resultado de un sentimiento de amor, pero, si en algún momento pasaras por una frialdad, e hicieras el esfuerzo de seguir con gestos de amor como acariciar o agarrarle de la mano a tu pareja, eso podría volver a despertar tus sentimientos de amor. Por eso en las relaciones de pareja no hay que pensar que el amor está ahí solamente cuando hay sentimientos fuertes. No es bueno tomar decisiones dependiendo solamente de tus sentimientos, de si son fuertes o no.
Entonces, ¿Qué puedes hacer si no sientes mariposas en el estómago? Si te gusta alguien (su físico y manera de ser, sus valores) intenta conocerle mejor; sal con esa persona. No es mala idea darle una oportunidad a esa posible relación. No se trata de que salgas con alguien un año sin sentir absolutamente ninguna emoción de enamoramiento. No habría que forzar las cosas mucho tiempo. Pero sí es buena idea intentarlo al menos un tiempo (quizás unos pocos meses), para ver si al conocer mejor a esa persona acaba aflorando con más claridad, ese sentimiento de que le quieres, de que te atrae, te gusta. Si las cosas no cambian, entonces tendríais que dejarlo y si hacéis las cosas bien (siendo por ejemplo prudentes y sinceros con besos y caricias) los dos saldréis ganando de esta experiencia y quizás estaréis algo mejor preparados para el amor de vuestras vidas. Vuestra corta experiencia juntos se podrá considerar “un éxito”.
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