Lo hemos dejado, pero quiero saber lo que hace
Dejar una relación de pareja puede doler. A veces, una de las dos personas decide dejarlo; en otras, las dos quieren dejarlo.
Si eres la persona dolida, puedes querer olvidarte de tus penas ahogándolas en alcohol o en fiestas multitudinarias, quizás incluso con la intención de enrollarte y “pillar”, con quien sea. Eso nunca ahoga ninguna pena; puede hacer daño a otra persona y, además, puede provocarte otras heridas.
En ocasiones surge una dependencia hacia dicha relación y empiezas un proceso de detective queriendo saberlo todo de tu ex pareja: ¿dónde está?, ¿qué hace?, ¿con quién está y baila?, ¿con quién sale ahora? ¿se han besado ya?, ¿qué pone en sus historias?, ¿sigue mi foto ahí?
Lo mejor es que intentes pasar página lo antes posible; es lo que te conviene para que tu corazón pueda dejar de sufrir y prepararse para otra persona. Este proceso puede ser más o menos largo, es como un duelo y tiene sus fases: negación (“voy a guardar sus fotos por si un día volvemos a salir”), enfado (“me ha estado mareando con sus dudas”), negociación (“tengo que hablar otra vez con mi ex, algo no quedó claro cuando lo dejamos”), tristeza (piensas con frecuencia en los buenos momentos), aceptación (“tengo que seguir con mi vida”). Solamente cuando llegues a la aceptación, libre de dependencias, podrás enamorarte otra vez y querer a otra persona; podrás acoger a alguien en tu corazón.
Para alcanzar la aceptación tienes que vivir y aceptar tu realidad actual. No vivas en el pasado manteniendo fotografías en tu móvil, guardando recuerdos entrañables, siguiendo a esa persona en Instagram, volviendo a leer chats anteriores o bien recordando esos momentos buenos del pasado. Cambia el perfil de tu móvil. Ha sido quizás una bonita historia, pero debes avanzar. Tampoco te gustaría que tu madre exponga en vuestro salón las fotos de sus ex novios, aunque fueran historias bonitas. No mendigues para estar en el presente de tu ex pareja. De momento al menos no es viable “ser amigos”. Eso no funcionará porque quieres una relación de pareja mientras tu ex quiere una relación de amistad (o al revés). Esto no funciona y le hará sufrir a quien quiere más que una amistad.
Te ayudarán a avanzar estas tres ocupaciones: empeñarte en cumplir con tus obligaciones (trabajo, estudio), pasarlo bien en grupo, hacer el bien a otras personas en grupo (con amigos o gente nueva), cuidarte (dieta sana, deporte; relájate y disfruta de la vida) y, si eres cristiano/a, madurando en tu fe.
Quiero dedicar un último comentario a tus amigos. Los que te insisten en ir a fiestas que no te gustan. Esos que te cuentan: “ayer vimos a tu ex con otra persona”, “tu ex dice que está triste”, “le vimos bailando y besándose con una persona desconocida”. A estos amigos les diría: ¿Sois realmente amigos?, ¿os mueve el morbo?, ¿tenéis envidia?, ¿estáis aburridos? Pensad; meter el dedo en la llaga no ayuda nada a esa persona que os necesita en su tristeza.
Callaos, no cotilleéis y ayudadle a avanzar, es lo que deberías hacer si le queréis de verdad. Acompañadle en el desamor con vuestra presencia pero en silencio.
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